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Lunes, Septiembre 15, 2025
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VIVIR CON DERMATITIS ATÓPICA: la lucha diaria contra la picazón y el dolor

Para quienes la padece, significa noches sin dormir, heridas doloras y, en muchos casos, la frustración ante tratamientos que no funcionan
En el marco del Día de la Dermatitis Atópica, especialistas del Hospital Regional de Antofagasta (HRA) y sus pacientes, compartieron sus experiencias frente a una patología que va más allá de lo dermatológico, impactando en el descanso, la rutina familiar y la salud emocional.
La dermatitis atópica es una enfermedad inflamatoria crónica de la piel que puede manifestarse desde la infancia con síntomas severos como picazón persistente, lesiones eccematosas y episodios de sobreinfección que requieren un abordaje colaborativo entre inmunólogos y dermatólogos para mejorar la calidad de vida de los pacientes.
Detrás de cada diagnóstico, hay historias de niños y jóvenes que aprenden a convivir con la enfermedad y médicos que buscan aliviar su carga. La inmunóloga del HRA, Ligia Rodríguez, lo explica con claridad: “Es una enfermedad compleja, detrás de ella hay muchísimos mecanismos inmunológicos involucrados, alteraciones en la barrera cutánea, factores ambientales y la sensibilización a alimentos”.
Uno de los casos que destaca la especialista, es el de Larissa Hurtado, una niña de seis años que debutó con dermatitis atópica severa. “Su picazón no la dejaba dormir, ni a ella ni a su mamá. Descubrimos que era sensible a los ácaros y a ciertos alimentos, por lo cual se inició inmunoterapia alergena especifica dirigida para los ácaros del polvo y en su caso, realmente ha tenido muy buena respuesta y esto sumado a la aplicación de emolientes hidratantes que ayudaron a reconstituir su barrera cutánea que es lo que se afecta en esta enfermedad”, explicó Rodríguez.
El testimonio de Aliosha Oyarzo, de 18 años, muestra el peso de esta enfermedad en la adolescencia. “Antes estaba exageradamente mal. Tenía heridas, sangramientos y llegué a un punto en que no podía caminar. Me hospitalizaron varias veces. Con la doctora Rodríguez logré encontrar un tratamiento que por fin me ayudó y hoy puedo estar mucho mejor”.
La dermatóloga del mismo recinto hospitalario, Montserrat Arceu, reafirma que el impacto de esta enfermedad va más allá de lo físico: “El purito no solo daña la piel, también interfiere en el descanso y afecta la calidad de vida de los niños y sus familias”. Entre las recomendaciones básicas están las duchas cortas, evitar suavizantes, preferir ropa de algodón, mantener las uñas cortas y aplicar cremas emolientes dos veces al día. Cuando hay lesiones activas, el tratamiento se debe complementar con corticoides tópicos o inhibidores de la calcineurina.
Las especialistas coinciden en que la dermatitis atópica es una enfermedad crónica, compleja y muchas veces subestimada. Su diagnóstico oportuno, la educación de las familias y la atención conjunta de inmunología y dermatología son claves para que pacientes como Larissa y Aliosha puedan acceder a una mejor calidad de vida.

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